Nace en Fuenteheridos, en la
fuente de los Doce Caños. Se trata del río de mayor longitud
de la Sierra de la provincia de Huelva, con cuenca propia de 478 km2 y
de un total de 795. La aportación media de su caudal es de 216
Hm3/a. Pertenece a la cuenca hidrográfica del Guadiana.
Poco antes de salir de Galaroza, recibe las aguas de la Rivera de Jabugo.
El curso, sigue en dirección noroeste recorriendo todo el término
de La Nava, de Sur a Norte, durante 12Kms. Encajado, en buena parte
entre las rocas, y cubierto por un denso bosque de galería, recibiendo,
después de pasar junto a la población, una nueva aportación
del Río Caliento, término de Jabugo y de la rivera de
los Molinos en el término de Cortesana, es decir, el arroyo Carabañas.
Continua su descenso, en dirección Noroeste, llegando al término
de cumbres Mayores, donde junto al puente de San Bartolomé se
le une el arroyo de Riofrío por su margen derecha. El mismo cauce
sirve de límite entre los términos de Cumbres Mayores
y Encinasola, durante unos 800 metros, partiendo desde el puente.
En el término de Cumbres de San Bartolomé, recibirá
las aguas del arroyo Dehesa, poco después de pasar por las cercanías
del castillo de Torres, aunque son numerosos los barrancos y arroyos
que evacuan en el cauce principal por tierras cimbreñas.
En el término de Encinasola se unen varios arroyos. El Sillo,
por su derecha, y el arroyo Valquemado por su izquierda, que se incorpora
poco antes de llegar a la frontera portuguesa. Después nuestro
río seguirá hastra la vecina Portugal, y pasando cerca
de Barrancos, se unirá al Ardila, en las inmediaciones del Castillo
de Noudar, potenciando a este último antes de incorporarse al
Guardiana al Norte de Moura.
A lo largo de su recorrido, el río Múrtiga es principal
elemento fundamentador de numerosos hitos patrimoniales que ayudan a
conformar la identidad de La Nava. Instalaciones industriales, restos
de molinos y fábricas de diverso tipo componen un mosaico de
gran atracción histórica y turística.
- Central Hidroeléctrica de Los Batanes: La empresa Santa Teresa
de Electricidad, S.A., fundada en 1902, emprendió una gran aventura
industrial que duró tres cuartos de siglo. Aunque centrada en
la producción de energía eléctrica, Santa Teresa
constituye un paradigma de la diversificación empresarial, ya
que derivó su actividad hacia sectores diversos.
Mediante una derivación del curso de la ribera del Múrtiga
a la altura de la aldea de Las Chinas, los ingenieros, algunos de apellidos
tan míticos por estos lares como el alemán Schultz, diseñaron
una lieva que llevara el agua hasta la Central Hidroeléctrica
de "Los Batanes", cuyo nombre recordaba una de las actividades
más habituales desarrolladas a orillas del río Múrtiga,
asociada a un patrimonio ya prácticamente desaparecido, los molinos
bataneros.
En esta central, popularmente conocida como "El Salto", se
producía la energía aprovechando la fuerza del agua que,
tras pasar por un depósito de 5.800 metros cúbicos, era
lanzada desde una considerable altura.
- Puente "romano": A pesar de este nombre, por el que es
conocido popularmente en La Nava, este hermoso puente de dos ojos que
salva la ribera del Múrtiga es de origen medieval. Fueron los
molineros navinos los que impulsaron su construcción a finales
del siglo XV, cuando los molinos del término municipal crecieron
en tal medida que recibían cereales procedentes de distintos
lugares de España y Portugal para ser molidos en ellos.
Este tráfico era constante a lo largo de todo el año,
incluso en los meses más lluviosos, donde el río Múrtigas
llevaba un gran caudal que lo hacía infranqueable. Para cruzar
el río, pues, fue construido este puente gracias a las aportaciones
de los molineros de La Nava en el año 1484.
- Molinos: Durante todo el itinerario, el caminante puede contemplar
restos de molinos y otras construcciones fabriles que se encuentran,
en su mayoría, invadidos por las zarzas y la maleza. Destacan
molinos como el del Martinete, el del Tío Moisés o el
que se encuentra junto al "Puente Romano". Algunos aún
conservan elementos identificativos de sus antiguas funciones.
Las huertas y regadíos: El valle ha permitido la pervivencia
de una cultura hortofrutícola de gran calidad, obteniendo sabrosos
peros, melocotones, frutos secos, hortalizas de todo tipo, etc. Esta
labor era realizada por los serranos y las serranas con gran esfuerzo
y sacrificio, suponiendo una buena parte de su subsistencia familiar.
La cultura de la huerta identifica a los pueblos que baña el
Múrtiga, a los que ha dado oficios que se mantienen, vocablos
propios, herramientas exclusivas, infraestructuras singulares, etc
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