Hoy en día el puerto
pesquero de Isla Cristina es el más importante de Andalucía
y uno de los primeros a nivel nacional, tanto por su flota, dedicada a
la captura de pescados y mariscos frescos del día, rango cualitativo
de la lonja isleña, como por la alta consideración que alcanzan
sus productos en los mercados nacionales e internacionales.
Tras el terremoto de Lisboa de 1755 se inicia el poblamiento estable
de la isla de La Higuerita donde se localiza el puerto (actualmente
la isla está unida al continente por un estrecho margen de tierra)
para dar mejor servicio a las embarcaciones en el puerto y cuidando
sus instalaciones todo el año. Fue durante la temporada pesquera
de 1756, que comenzaba en verano, cuando los catalanes sobrevivientes
del terremoto de Lisboa decidieron establecerse en esta isla. Los pescadores
de jábega de Ayamonte, Lepe y otros desplazados desde el mediterráneo
andaluz empezaron a acudir a La Higuerita a vender sus capturas de sardinas
a los salazoneros catalanes. El "sitio de la Higuera, donde parece
que executan ahora sus pesquerías los Armadores de jávegas
de Levante y los de ese Marquesado...." escribía la Marquesa
de Ayamonte ese año de 1756.
Las primeras normas reguladoras del funcionamiento de la lonja (lota,
como en el término derivado del catalán se sigue conociendo
a este edificio) isleña las hallamos en un importante documento
conservado en el Archivo Municipal. Se trata de un comunicado o especie
de bando fechado en 1805 emitido por el gobernador de la Isla.
Inicialmente (mitad del siglo XVIII) el muelle se reducía a
la vertiente oeste, conocido como muelle Martínez Catena, donde
se disponía un pequeño embarcadero de madera para el atraque
de unos pocos barcos. Éste era el primer muelle que se hizo en
la isla. Posteriormente se fue ampliando hasta hacerlo lineal a la línea
de casas de la ribera. ya en el siglo XIX, se hace lo mismo en la zona
norte, llamándose muelle Marina a éste.
Sobre el muelle Martínez Catena, ya en el siglo XX, se construye
la caseta de la autoridad portuaria en una zona de unos 50 metros2 ganados
al mar. Con posterioridad en la zona norte del muelle Martínez
Catena se construye la lonja en terrenos ganados al mar. El muelle Marina
se amplía unos 40 metros hacia la ría. Se hace lo mismo
en la zona sur del muelle Catena. Ya a finales del siglo XX se amplía
la lonja, construyéndose una provisional en la zona sur del muelle
Catena y reedificando la antigua lonja de la zona norte. La parte del
muelle Marina que aún no había sido ampliada, desde su
extremo este hasta el puente Infanta Cristina, es construido. A mediados
de los años 90 del siglo XX se cerca todo el recinto portuario.
Tras la aprobación del PGOU de 1987, se construye en la barriada
de la Punta del Caimán un puerto deportivo con capacidad para
204 atraques y más de 50.000 metros2 de superficie. En 2007 se
decide su ampliación debido a la enorme demanda de amarres que
hay en este puerto, con más 6 años de espera en su adjudicación.
Finalmente, en 2007-2008 se amplía nuevamente el tramo en codo
que separa ambos muelles. La superficie total del puerto pesquero de
Isla Cristina supera los 640.000 metros2.
Este puerto pesquero es uno de los principales a nivel nacional y uno
de los dos primeros en cuanto a tonelaje, número de embarcaciones
y valor de las capturas -por encima de los 20 millones de euros- gestionadas
por Lonja de Isla Cristina S.L. Es el primer puerto en volúmen
de pescado fresco subastado y el segundo en tonelaje solo superado por
el puerto de Cádiz.
Aunque en este puerto, ubicado en la desembocadura de la Ría
Carreras, desembarquen a diario decenas de especies como acedías,
caballas, calamares, chocos, bogavantes, cigalas, gambas blancas, langostinos,
rayas, pargos, corvinas, rubios, salmonetes, besugos, doradas, sardinas,
lenguados, brecas o caballas, su rey es único: el gran atún
rojo (Thunnus thynnus). Ya llamado por Estrabón "cerdo del
mar", porque como el mamífero, apenas tiene desperdicio
y su peso puede superar los 200 kilogramos. Y es que de cada 100 kilogramos.
de peso bruto se obtienen 61 de carne destinada a la salazón
y conserva; 8 de otra carne inferior que no se sala y 4 de buches e
intestinos que sí son salados. Los 27 kilogramos de despojos
restantes - cabeza, espinas y aletas - se usan para producir el guano,
un tipo de abono, del que existen numerosas factorías en la misma
Isla Cristina.
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